DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
“Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
Lima 09/07/2023
En la liturgia de la palabra que nos ofrece hoy la Iglesia podemos destacar un sentimiento, un signo y dos acciones o movimientos.
En cuanto al sentimiento, en la primera lectura escuchamos al profeta Zacarías que nos invita a estar alegres, ¿cuál es el motivo de esa alegría?, que ya se acerca el rey, porque ya viene alguien que trasmite esperanza y paz a su pueblo, pero su llegada no es con fuerza ni majestuosa, sino que viene con sencillez, sin muchos bombos y platillos, viene sutilmente. Así se hace presente Dios en nuestra vida, de una forma tan normal, tan simple, muchas veces perdemos la alegría de nuestra vida, porque siempre esperamos a un rey o a Dios de una forma que nos deslumbre, o buscamos la alegría o felicidad en aquellas cosas superfluas, sin embargo, nos damos cuenta que Dios viene con toda la simplicidad del mundo para traernos la paz.
En realidad, la alegría y la felicidad está en las cosas más simples, más sencillas, no la busquemos en las cosas grandes o pomposas.
En cuanto al signo, es sobre el Espíritu, san Pablo nos invita a vivir según el Espíritu no según la carne, porque cuando nos dejamos llevar por la carne, vivimos enredados en el pecado, en cambio, cuando vivimos según el Espíritu viviremos en libertad, porque es el Espíritu quien da la vida, cuando vivimos bajo el dominio de la carne, lo que genera es la muerte, si nos dejamos guiar por el Espíritu nos generará la vida, por eso hoy y siempre el Señor nos invita a vivir según el Espíritu. Como dice el mismo san Pablo, pero a los corintios: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad”.
Con lo que atañe a las dos acciones o movimientos, ambas las tomamos del evangelio: la primera es esa oración tan profunda y sentida que Jesús le hace a su Padre Dios, dirigiéndole para una acción de gracias, porque es capaz de revelarle los misterios del Reino a los pequeños.
Todas aquellas personas que son sencillas, que no necesitan tantos títulos o estudios para conocer a Dios, es aquella gente sencilla, de ordinario, más limpia. En su corazón no hay malicia, ni intereses torcidos, son los que van a lo esencial. Saben lo que es sufrir, sentirse mal y vivir sin seguridad. Son los primeros que entienden el Evangelio.
Son todas aquellas personas que se ponen ante la majestad de Dios en plena confianza, sin buscar protegerse o sin buscar grandes pretensiones para conocerle, son aquellos hombres y mujeres que se ponen en sus manos, son aquellos hombres que tienen una gran fe en Dios mucho mejor que cualquier perito en teología, son esas personas capaces de decir: Solo Dios basta; son todas aquellas personas que sintonizan con el evangelio. El desafío de cada uno de nosotros es dejarnos sorprender por la buena noticia de salvación; es decir, que seamos sencillos, que no nos compliquemos la vida para podernos comunicar con Dios.
Y la otra acción es ese movimiento del hombre hacia Dios, Jesús hoy nos invita a ir a Él todos aquellos que están cansados y agobiados, es decir, que tengamos ese acercamiento a Dios, que su carga es ligera y su yugo es verdadero, que dejemos todos nuestros pesos y preocupaciones realmente en sus manos, que lo dejemos ser Dios, que no pretendamos hacer las cosas sin contar con Él. La yunta la llevan dos bueyes, y así los dos pueden hacer el trabajo juntos, pues eso nos pide el Señor,que contemos con Él, que no pretendamos hacer las cosas y nuestros proyectos solos, si intentamos hacer las cosas solos, sin contar con Dios, acabaremos cansados y agobiados y al final no acabaremos bien, que nos dejemos conducir por Dios para que las cosas nos salgan bien y mejor, y menos cansados.
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