VIERNES SANTO
Pachacamac 18, Abril 2025
El Viernes Santo de las tres S: sacrifico, soledad y silencio.
Sacrifico: nuestro Señor ha hecho un gran sacrifico por nosotros dándolo todo en la Cruz. En este día vemos a Jesús cargando una cruz pesada, y además soportando golpes, insultos y salivazos, sin decir nada, todo por amor a la humanidad. Gracias Jesús por ese gran sacrificio por amor a nosotros, para podernos salvar del pecado y de la muerte. Con este gran sacrificio Jesús nos has enseñadoque, las cosas de esta vida no se logran con tanta facilidad, sino que tenemos que pasar por diferentes sacrificios para alcanzar las metas u objetivos trazados.
En definitiva, Dios, en su sufrimiento, nos dio la oportunidad sacrificando un animal sin mancha para que pudiéramos obtener el perdón. Una vez al año el sumo sacerdote podía entrar en el lugar Santísimo, llevando la sangre del sacrificio y obtener la expiación para las personas. Mediante el derramamiento de sangre de un inocente sacrificio, la deuda del pecado podía ser pagada. (Levítico 17, 11 Hebreos 9, 22). Sin embargo, la sangre de los animales no pudo quitar la raíz del problema, que es el pecado en la naturaleza humana, por eso Jesús hace un solo sacrificio para siempre para el perdón de los pecados.
Soledad: Jesús en realidad se ha quedado solo y sintió la soledad en la cruz. Solamente lo acompañaron los dos discípulos más fieles: María, su madre y el discípulo que tanto amaba, el resto de los discípulos lo dejaron solo. Inclusive el mismo Jesús experimenta esta soledad al expresar: “Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado”, es para que nos demos cuenta que no estamos solos, sino que también el Padre sufre con nosotros y nos acompaña en la soledad y en el sufrimiento, Jesús, siendo Dios experimenta esa soledad para también solidarizarse con todas aquellas personas que viven solas y que no tienen a nadie que les acompañe esos últimos años de su vida.
Silencio: el silencio que hoy experimentamos, es un silencio sepulcral, donde nos toca quedarnos así: en silencio. Un silencio fecundo y de contemplación, donde nos toca mirar al que traspasaron y darnos cuenta que sus heridas nos han curado. Un silencio que tambiénexperimenta María nuestra madre al quedarse sola con su hijo en La Cruz, una madre que se ha quedado con el corazón partido como se lo anunció el profeta: una espada traspasará tu corazón.
Ese silencio que se destaca en María es el mismo silencioque Jesús hace durante toda su pasión, porque seguro lo ha aprendido de su Madre, pero Jesús calla, no porque no tiene argumentos para defenderse, sino que calla por amor,para vivir y cumplir plenamente la voluntad del Padre.
Muchos pueden pensar que en ese silencio Dios está ausente, por ese grito del Hijo: “En tus manos encomiendo mi espíritu”, pero la presencia de Dios, incluso en el silencio de la Cruz, es una realidad que debemos redescubrir. Así el silencio pasará del concepto de ausencia, de rechazo, de odio, al de presencia a pesar del sufrimiento, al de amor incondicional y sobre todo el silencio de Dios nos presenta la salvación.



Comentarios
Publicar un comentario