V DOMINGO DE CUARESMA (C)
Lima 06/04/25
“El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra”
Hermanos, estamos próximos a las fiestas pascuales y las lecturas de este V domingo de Cuaresma nos invitan a seguir ensanchando el corazón, a mirar hacia adelante, para adentrarnos en nuestro triduo pascual, reconciliados con Dios y con nuestros hermanos. Este domingo es una invitación para reflexionar cómo estamos viviendo nuestra Cuaresma y qué hemos hecho de ella hasta ahora. Se nos exhorta a vislumbrar lo novedoso de este tiempo de gracia y de salvación. Además, por activa y por pasiva se nos recuerda en este tiempo que el rasgo distintivo de Dios es ser misericordioso. Durante todo este tiempo las lecturas nos han enseñado que tenemos un Dios misericordioso que nos ama, que nos sigue amando y nos amará hasta el final, solo quiere que volvamos a Él, por eso la Iglesia nos regala este tiempo cuaresmal para que nos demos cuenta de cómo estamos yendo hacia la Pascua.
Tanto el domingo pasado con la parábola del padre misericordioso o el hijo pródigo, hoy nos damos cuenta con la mujer adúltera, de esa bondad, ternura y misericordia de Dios Padre para con nosotros, Dios realmente no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva; nosotros somos los que condenamos o juzgamos, algunas veces injustamente a los otros, y no somos capaces de tener esos ojos de ternura y de misericordia que Dios nos tiene.
Hoy Jesús nos da una gran enseñanza, a que miremos a los otros con bondad, sin prejuicio, sin condenar, sino con esos ojos de Dios, que lo que hace es perdonar y amar, y ojalá que seamos capaces también de perdonar y amar a todas aquellas personas que a lo mejor nos han hecho daño, o a lo mejor no hemos podido perdonar a lo largo de la historia que hemos vivido con ellas.
Hoy tenemos la oportunidad también de unirnos al salmista diciendo: “el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres”. Tenemos que estar alegres y gozosospor este tiempo cuaresmal, ya que, algunas veces lo vemos como un tiempo de tristeza, de melancolía, pero en realidad es un tiempo para vivir con esperanza y con alegría. Nos damos cuenta en esa primera lectura, cuando nos dice el profeta, algo nuevo están haciendo no lo notan, no temamos en que algo nuevo viene de Dios, y eso nuevo podríamos decir que es la resurrección, la Pascua, la presencia de Dios vivo entre nosotros por eso tenemos que decir como el salmista Dios ha estado con nosotros y estamos alegres, porque Dios está con nosotros, y si Dios está con nosotros, no puede haber tristeza ni melancolía. El domingo pasado se caracterizaba por el domingo de la alegría, pero hoy también tenemos que estar mucho más alegres, porque estamos a la puerta de la Pascua de la resurrección de Jesús.
Así que hermanos, les invito a que vivamos alegres y con esperanza, que algo nuevo viene a nuestra vida, la vida plena con Dios, el que nos ama y nos perdona a pesar de nuestras dificultades, a pesar de nuestros pecados, porque repito, Él no quiere la muerte del pecador, sino que se convierte de su conducta y que viva.
Comentarios
Publicar un comentario