NATIVIDAD DEL SEÑOR (CICLO A)
“El pueblo que caminaba en tinieblas
vio una luz grande”
Lima,
24 de diciembre de 2022
Hermanos ya es Navidad, hoy celebramos no solamente el nacimiento del Hijo de Dios, sino que más que un cumpleaños, celebramos ese gran misterio de Dios con la humanidad. Dios se ha abajado y se hace presente en la tierra de una manera muy escandalosa, porque se ha hecho presente por medio de un niño, que es tierno, pero también es frágil, que lindo es nuestro Dios, que es capaz de asemejarse a nosotros para salvarnos.
Hoy,
en esa primera lectura, el profeta Isaías nos dice que un pueblo que camina en
tinieblas ha visto una gran luz, esa luz, es el mismo Dios que viene a iluminar
a los que viven en sombra de muerte, es decir, nosotros que vamos peregrinando
y muchas veces no damos con la luz verdadera que nos ilumine y nos lleve al
auténtico camino.
En
este tiempo de navidad hemos llenado nuestra casa y la cuidad de luces, luces
que en vez de iluminarnos lo que hacen la mayoría de las veces, es que, nos
encandilan y no nos hacen ver la luz verdadera: el Dios de Dios y luz de luz.
Somos ese pueblo que sigue caminando en tinieblas, pero esta noche nos ha
nacido la auténtica luz, Jesús, para iluminarnos y guiarnos hacia Dios.
El apóstol san Pablo, nos invita a que, si queremos ver esa gran luz, si queremos ver al niño Dios, tendremos que repensarnos la vida, y comenzar a vivirla más sobria, más honrada y religiosa, tenemos que comenzar una vida nueva, para eso ha venido el Señor, para iluminarnos y guiarnos por el auténtico camino, no nos dejemos robar la luz de Jesús. Durante todos estos domingos hemos estando encendiendo las velas de la corona de adviento, ya hoy no necesitamos encenderla, porque el mismo Dios nos ha dado esa luz en medio de tanto bullicio, se hace presente de una forma sutil, que muchas veces no nos damos cuenta.
En
el evangelio, nos damos cuenta cómo ha nacido Dios, en un contexto político y
social de acuerdo con su época, no ha venido de la nada, no ha venido por arte
de magia, sino que ha venido como cualquiera de nosotros, pero eso sí sin mancha
original. El nacimiento de nuestro Dios
en la humanidad, ha querido tener a unos personajes privilegiados para que
pudieran conocerle de forma rápida y directa, son aquellos humildes pastores
que se encontraban en su vida cotidiana, y el Señor se les revela para que
puedan conocer al Mesías.
El
ángel les anuncia que les trae una buena noticia, no es una mala notica, sino
que esa buena noticia es que les ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor, y
la señal no se trata de algo extraordinario, sino algo muy simple, un pequeño
niño acostado en un pesebre. Seguramente que para los pastores y para nosotros
mismos, esto de que nazca nuestro gran Salvador en un pesebre, es imposible, no
es digno de que sea de esa forma, la verdad es la forma en que Dios se
manifiesta, pero así es nuestro Dios, nos saca de los esquemas, se manifiesta
como realmente quiere Él, no como nosotros nos lo imaginamos.
Para acabar esta reflexión, les invito y me invito a mí mismo a no tener miedo de nuestro Dios, así se manifiesta Él. Ahora nos pide que estemos alegres y que disfrutemos su presencia entre nosotros, esa es nuestra navidad, una oportunidad para desterrar los miedos: «No tengáis miedo. Os traigo la Buena Noticia: la alegría grande para todo el pueblo». «Hoy os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor».
Solamente
nos salva el amor encarnado y frágil de nuestro Dios: sólo salva un Dios que
ama infinitamente al ser humano y se encarna entre nosotros en ese Niño de Belén.
¡Feliz Navidad para todos!!!
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