LA EPIFANÍA DEL SEÑOR (CICLO A)

 

“Se postrarán ante ti, Señor, todos los pueblos dé la tierra”

Lima, 08 de enero de 2023


Seguimos en pleno ciclo de Navidad, ciclo que concluye con la fiesta del Bautismo del Señor. Hoy la Iglesia latinoamericana celebra la fiesta de la Epifanía. Esta estrella, que dirigió a los magos hasta Jesús, es signo de que la salvación no es sólo para los judíos, sino también para todos los seres humanos. En la adoración de los magos se cumple la profecía de Isaías, que escucharemos en la primera lectura: “la gloria del Señor”, que amanece sobre Jerusalén, es también para que todos los pueblos caminen a su luz. Esta luz, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo (Jn 1,9), es Cristo, el Señor.

El tema central de esta celebración es la luz (estrella):

En la primera lectura, encontramos a un pueblo que va en tinieblas, pero de repente aparece una gran LUZ, que no solo beneficia a una persona o a un pequeño grupo, sino que se beneficia toda la humanidad.  Esto nos hace entender que Dios viene a salvarnos a todos, que su Luz no es solo para algunos, sino para toda la humanidad.

La idea de que esa gracia o luz es para todos nos la hace ver Pablo en la segunda lectura: … “que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo, y partícipes de la misma promesa en Jesucristo, por el Evangelio”.  Todos somos beneficiarios de esa luz, una luz que nos lleva hasta la vida plena con Dios.

Con respecto al evangelio, nos damos cuenta que los magos, están siendo guiados por una luz, una estrella, para poderse encontrar con la verdadera LUZ, Jesús.  Ellos venían peregrinando, pero nunca perdieron la esperanza de no encontrarse con esa luz, siempre creyeron y se dejaron guiar hasta que pudieron llegar a ella.  Nos dice el evangelio que venían de varios lugares para rendirle culto al niño, la presencia de los magos también nos hace pensar que esa luz es para todos, para aquellos hombres que se disponen a seguir esa estrella.


Esta luz que va animando y guiando a los magos, a veces, a algunos nos puede desanimar o nos puede guiar por otras luces, precisamente que no es la verdadera luz.  En este caso el rey Herodes con su mentira de querer adorarlo, lo que quiere es apagar esa luz, ese niño inocente, porque sabe que le va a quitar protagonismo, por eso con su falsedad, dice que quiere ir también a adorar al Señor.  Cuantas veces encontramos en nuestro peregrinar hacia Dios, personas y circunstancias de la vida, que nos quieren robar la luz, nos quieren llevar por otros caminos.

Hermanos esa LUZ, que es Jesús, que nadie nos la arrebate, que nadie nos la apague, porque esa luz es la que nos lleva al Padre, esa Luz, es la que nos ilumina en los momentos de oscuridad, esa Luz es la esperanza de nuestros pueblos explotados y abandonados por un sistema social que vive en oscuridad, por no asumir los criterios evangélicos del reino, es la Luz de esperanza para nuestros hermanos enfermos o aquellos que sufren injusticia.  Hermanos que nosotros seamos esos focos de vida, de esperanza, de ilusión y de guía para todos aquellos que viven en oscuridad o perdidos por los caminos.


En fin, todos sabemos que vivimos muchas veces en tinieblas, por los diferentes conflictos que nos toca vivir, ahora lo importante es tomar conciencia de que hemos perdido el sentido o el horizonte de la vida.  Si realmente nos damos cuenta de esto, comencemos ya una búsqueda del sentido de la vida y encontrar el camino acertado.

Espero que, en nuestra vida diaria, no perdamos nuestra capacidad de estar abiertos a la LUZ, que es la que nos ilumina y le da sentido a nuestra existencia.  

 

 

 

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