DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO (B)
Lima 01/09/2024
Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
Partimos esta reflexión con la interrogante del salmista: “SEÑOR, ¿QUIÉN PUEDE HOSPEDARSE EN TU TIENDA”? ahora les pregunta a todos ustedes ¿quieren morar o vivir en la tienda del Señor? seguro que me van a responder que sí. Pues les digo que el mismo salmista nos da las claves para poder vivir en la casa del Señor: aquella persona que procede honradamente y practica la justica; el que no hace mal a su prójimo, el que no difama el vecino, el que obre así, nada le falta.
Nos damos cuenta de que parecen cosas muy sencillas, pero son muy difíciles, no nos dice, el que reza el rosario, el que va a misa, el que hace novena, el que se confiesa frecuentemente, el que reza mucho ese entrará a la casa del Señor, no quiero decir que estas prácticas no hay que hacerlas, sino que nos invita a vivir más honradamente con el prójimo.
No piensen que porque les digo esto ya dejaremos de ir a misa y de rezar, al contario, para poder actuar así como nos invita el salmista hoy, necesitamos de alimentarnos de la fuente de la justica, de la fuente de la misericordia, de ternura y amor, si estamos desligados de esta fuente no podemos actuar de esa manera a la que nos invita el salmista, ya que sin Dios no podemos hacer nada, todo proviene de Él como escuchamos en la segunda lectura: “todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del padre de las luces, en el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación”.
Necesitamos alimentarnos de la palabra de Dios, necesitamos ser dóciles a la palabra de Dios, todos estos domingos nos habló del pan vivo bajado del cielo y quien coma vivirá como Dios, ahora nos invita a alimentarnos de la palabra de Dios. Las dos primeras lecturas nos hacen esa invitación: la primera lectura, nos invita a escuchar la palabra de Dios, escuchar los mandatos y decretos que el Señor nos dicta hoy; la segunda nos invita a ser dóciles: aceptad con docilidad esa palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas.
Quien nos da un ejemplo de escucha de la palabra de Dios es María, nuestra madre, ella supo escuchar la voz de Dios y ponerla en práctica, por eso María es más feliz, por haber escuchado la voz de Dios y cumplirla; María es la mujer dócil a la palabra de Dios, por escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica la llevó a actuar como actuaba, con humildad, con cariño y siempre dispuesta a socorrer a los demás, es por eso que María habita en la casa del Señor por años sin término, por actuar con justicia y rectitud.
Quiero acabar esta reflexión con un pensamiento de nuestro padre san Agustín: “Dichosos nosotros, si llevamos a la práctica lo que escuchamos y cantamos. Porque cuando escuchamos es como si sembráramos una semilla, y cuando ponemos en práctica lo que hemos oído es como si esta semilla fructificara”. Así que no nos limitemos a escuchar, sino a poner en práctica la palabra del Señor, así seremos más dichosos y habitaremos en su casa alabándolo siempre.
En verdad es bueno escuchar a Dios y obedecer sus palabras.
ResponderEliminarAhora en mí madurez de edad y experiencia espiritual, mí conducta y actitud es otra. Y, la verdad vivo más feliz.
Doy Gracias por sus presencias a Jesús, María y José en mí vida.
Pero, también agradezco a mí padre San Agustín y Santa Mónica por sus compañías.
Gloria a Dios ❤️.