DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO (B)
¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen! (Mc 4,35-40)
Lima, 23 de junio de 2024
En este domingo la palabra del Señor nos presenta la figura de la tormenta, que como dice en la primera lectura de Job habla de la arrogancia de las olas, y en el Evangelio vemos esas olas que irrumpen en la barca y hacen que los discípulos entren en pánico por la situación.
Quisiera destacar tres ideas. La primera es la arrogancia, la segunda, que por medio de Cristo somos criaturas nuevas y, por último, la presencia salvadora de Dios con su autoridad.
Referente a la arrogancia; muchas veces podemos caer en la tentación de ser arrogantes, de imponernos, de sobrepasar o pasar por encima de las demás personas, como las olas que se rompen y chocan contra la barca que es la Iglesia, donde va Jesús durmiendo, pero está ahí presente. Hay muchas figuras históricas que también toman esa actitud de arrogancia, de imponerse, de sobrepasarse, toman realmente el rol de Dios como los súper poderosos, los omnipotentes, pero el poder de Dios es más que eso, la presencia de Dios calma, Dios es capaz de romper e eliminar toda esa arrogancia.
Segundo, somos criaturas nuevas en Cristo Jesús, san Pablo hoy nos dice: “nos apremia el amor de Dios”, es decir, nos urge el amor de Dios, sin él no somos nada y no podemos hacer nada; y también nos dice que, los que somos de Cristo somos criaturas nuevas, ya que hemos nacido de nuevo por medio del bautismo, hemos sido bautizados en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu. Jesús también en otro pasaje del Evangelio nos invita a que hay que nacer de nuevo, hay que nacer del agua y del espíritu, los que creemos en esa presencia salvadora de Dios somos criaturas nuevas.
En el Evangelio se presenta la idea del poderío de Dios, ahí partimos que Jesús invita a los discípulos a ir a la otra orilla, es decir pasar de la muerte a la vida, pasar a la vida plena con él, pero para llegar hasta ahí sabemos que tenemos que atravesar momentos duros y difíciles en nuestro caminar, de ir de este mundo a su Reino. Sabemos que nos vamos a encontrar con dificultades, sean circunstanciales o con personas que nos puedan hacer pasar miedo, pero ahí está la presencia salvadora de Dios, ahí está el poderío de Dios que se impone ante estas situaciones, como se manifestó a los discípulos en la barca.
Hoy vemos que Jesús va dormido en la barca, y sucede que en nuestra vida también pareciera que está dormido cuando pasamos por momentos duros y dramáticos, pero él está ahí para calmar la tempestad y poner serenidad en nuestra vida, Dios quiere que le llamemos, que acudamos a Él, solo nos pide que acudamos a Él, ya que sin Él no podemos hacer nada.
Para concluir, vivimos en un tiempo de guerra, en un estado cada vez más violento, de mucha dureza, pareciera que el mal espíritu se impone, así como las olas, pero sabemos que ahí está el poderío de Dios. Dios es más quetus problemas, Dios es más que las olas, Dios es más que todos los momentos difíciles, es más que el pecado mismo, Dios duerme en nuestra barca, en nuestro corazón,en nuestra Iglesia. Dios está presente. Nos toca acudir a Él con confianza, con fe, para que sea Él quien ponga la serenidad, la calma, la tranquilidad en nuestra historia.
Que Jesús nos ayude siempre en la historia de nuestra vida, sobre todo en esos momentos de tormenta, aunque parezca dormido, a descubrir su presencia en esa “ausencia” escondida y silenciosa.
Que reconfortante es hoy este evangelio. Me llena fé, esperanza/Confianza y amor en Dios ❤️.
ResponderEliminarQue nunca me desaliente y cada día crezca más mí Confianza en tí mí Señor Jesús 🌹.