SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

VIVA CRISTO REY!

Lima 26 de noviembre de 2023


Hoy celebramos solemnidad de Cristo Rey, con esta gran fiesta cerramos el año litúrgico, un año más en este caminar como cristiano o bautizado.   Es una oportunidad más para sentarnos a reflexionar cómo estamos construyendo el Reino de Dios, si realmente estoy colaborando con Dios en la construcción de este reino y cómo estoy viviendo como bautizado.

 Jesús hoy se nos presenta como el único Rey, un Rey que quiere reunirnos a todos en su reino sin excepción, por eso nuestro Rey es como un pastor que es capaz dar la vida por sus ovejas, que no tiene lógica, ya que deja las 99 y sale a buscar la perdida, como dice el profeta Ezequiel en la primera lectura: “Buscaré la oveja perdida, recogeré a las descarriada; vendaré a las heridas; fortaleceré a la enferma; pero a la que está fuerte y robusta la guardaré: la apacentaré con justicia”.  Este sí es un Rey, no es como aquellos que están instalados en su trono, o castillo esperando que le sirvan y le lleven a todos a sus pies, o como aquellos pastores que se ponen un horario fijo para atender a las ovejas y no están dispuestos atenderles a cualquier hora del día. Más bien, éste sale de su comodidad y va hasta las periferias, a sentir el dolor del que sufre, a tocar las heridas de los humillados, a sanar al enfermo ¿Qué reino verdad? Qué responsabilidad.


Ya vemos que el reino de Dios es muy distinto al que nosotros estamos pensando, es un reino que no va venir como si fuera un espectáculo, sino que es algo muy simple, muy sencillo, es algo que no hace mucho ruido, es por eso que lo compara -en otras partes del evangelio- con la levadura, con el grano de mostaza, que son cosas minúsculas, pero que a la hora de actuar hacen grandes cosas: la levadura, sin en ella el pan no tendría consistencia y sabor para los demás, en el caso del grano de mostaza, sino actúa, si no muere a sí mismo, no podría crecer y ser un árbol grande que pueda dar sombra y cobijo a los pájaros. 

Es esto a lo que nos invita el Señor hoy: comenzar a construir el reino desde nosotros mismos, que tengamos un corazón como ese buen pastor que es capaz de salir de sus intereses y buscar el interés de los demás, que el reino que nos pide Dios no es un reino espectacular, sino que es un reino de vida, de amor, de ternura, de fraternidad, en una palabra, en reino de humanidad.


Para que podamos construir un reino más humano que se traduce en el amor y se concreta en hechos muy concretos. Por ejemplo, dar de comer, dar de beber, acoger al inmigrante, vestir al desnudo, visitar al enfermo o encarcelado; cada uno de nosotros que fue ungido como rey el día del bautismo debemos actuar como este rey, que en realidad actúa más bien como un pastor, que es capaz de salir y hacer realidad este reino dando su vida por todos y por muchos, es capaz de oler a oveja como nos insiste tanto el papa Francisco. 


Quiero acabar esta reflexión con algunas preguntas: Hermanos: ¿Qué estás haciendo para construir el reino de Dios? ¿Qué haces con tu condición de rey, porque fuiste un día ungido como rey o no te acuerdas? Te lo voy a recordar: cuando te bautizaron el sacerdote ese día te ha puesto aceite en tu cabeza y ha dicho: “Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que os ha liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu Santo, os consagre con el crisma de la salvación para que entréis a formar parte de su pueblo y seáis para siempre miembro de Cristo, sacerdote, profeta y REY”. Así que tenemos una gran responsabilidad en este mundo.

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