SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

 

“En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.”

Lima 25/12/2023


Durante todos estos domingos hemos estado esperando este gran día, seguro que lo hemos esperado con mucha ilusión, con mucha alegría, ya ha llegado el momento: ¿ahora que tenemos qué hacer con este gran acontecimiento? Ahora es tiempo de asumir el reto a nosotros, ahora nos toca encarnar el Hijo de Dios en la humanidad. 

En realidad, tenemos que ser conscientes que Dios nos ha salvado, que Dios se ha abajado y se ha equiparado a nuestra humanidad, menos en el pecado, solo para salvarnos, es decir, amados por Él, porque se ha hecho niño, tierno, indefenso, se ha humanizado, se ha hecho hombre como nosotros con el fin de que participemos de su naturaleza divina, siendo sus hijos.  Hoy se proclama la victoria de nuestro Dios porque nos ha salvado, su plan de amor no ha quedado cortado.

En las lecturas de hoy, nos podemos dar cuenta de ese plan de salvación de Dios, comenzando por el prólogo de san Juan que nos dice que, en el principio, el verbo, la palabra ya existía en el corazón de Dios, luego esa palabra ha venido a nuestra tienda, a nuestra historia, a nuestro corazón, ahora va a depender de cada uno si la toma o la deja. Si la tomas, te da la condición de hijo en el Hijo, porque san Juan nos dice: “pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre”. Y si la dejamos seguiremos viviendo en oscuridad. 


Sabemos por la historia de salvación, que el pueblo ha tenido momentos que acogía la palabra de Dios y momentos que se olvida de ella, y vivían sin horizonte.  En la segunda lectura la carta a los hebreos nos dice que Dios nos fue hablando de muchas maneras, de muchas formas, pero en la recta final, Dios ha optado por un último recurso, su Hijo, su único Hijo que ha venido a mostrarnos cómo debemos de vivir en este mundo como hijos de Dios, algunos lo han escuchado y han aceptado la palabra de salvación, otros han escuchado la palabra y no han obtenido la salvación. 


Hermanos, la palabra de Dios ha sido revelada en este niño que hoy contemplamos; un niño que genera ternura, alegría, ahora lo tenemos que acoger y vivir como Él vivió, que pasó por el mundo haciendo el bien y siendo pregonero de la buena noticia de salvación.  Que seamos pregoneros de esa buena noticia, como dice la primera lectura: ¡qué hermosos son los pies del mensajero! Que anuncian la paz y la justicia, que se note en nuestra vida que realmente Dios vive en nosotros, el reflejo de que hemos acogido este niño es que realmente seamos pregoneros de esa buena noticia: Paz y Justicia, siendo instrumentos de paz y de justicia, se verá reflejada la gloria de Dios Padre en cada uno de los hombres y mujeres de buena voluntad, porque en Navidad cantamos mucha paz, pero por donde quiera que miramos hay guerras, conflictos entre nosotros, hablamos de felicidad pero nos cuesta estar alegres, así que si queremos contemplar a Dios hecho niño en Belén, contemplemos a todos aquellos hermanos que nos rodean, que en ellos también se refleja la gloria del Padre. 



En definitiva, hermanos, ahora es tiempo favorable ahora es tiempo de salvación, pero te toca a ti y a mí asumir este gran reto de hacer encarnar el Hijo de Dios en esta humanidad que cada vez se hace más inhumada, debemos hacer que Dios mismo, el Dios humanado por medio de su Hijo nazca en cada corazón, en cada familia, para que podamos construir esa gran familia de los hijos de Dios.

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