VI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO (B)

 VI DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO (B)

“Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios”.

Lima 11/02/2024


Hoy las lecturas giran en torno a un tema, que es la lepra, un problema de salud, pero también religioso:

En la primera lectura, se habla de los protocolos que se debe seguir a la hora que alguien tiene lepra, si una persona tiene lepra, tiene que saberlo los sacerdotes, y es declarada impura, era como un castigo de parte de Dios, es por eso que más que un problema sanitario era religioso.

En esa primera lectura, vemos que la persona con lepra era sacada de la sociedad y tenía que manifestar que era impura, así que cuando viene Jesús rompe con todos estos protocolos, ya que el mismo Jesús es quien se acerca la persona y la toca.

En el evangelio, nos damos cuenta con los gestos y acciones de Jesús, que da la libertad a este hombre que sufre la enfermedad de la lepra.  Como hemos escuchado en la primera lectura, quien sufría esta enfermedad era aislado de la comunidad, tenía que vivir distanciado de la sociedad, era marginado, vivir de esa forma, aislado de verdad, no es algo bonito, sino más bien te hace sufrir, te lleva a vivir como un condenado, nadie se te puede acercar porque te podría contaminar, realmente era visto como una persona impura, pero Jesús con sus gestos y su forma de actuar rompe con esa estructura, mira con otros ojos al leproso, no lo condena sino que toma la siguiente postura: siente compasión, se acerca y lo toca.

Sentir compasión, no es lo mismo que tener lástima, sino que es ponerse en los pies del otro, sentir con el otro, en otras palabras, tener misericordia, actuar con ternura, con amor hacia el otro, como lo sabe hacer Dios: “La compasión es el modo de ser de Dios, su primera reacción ante sus criaturas, su manera de ver la vida y de mirar a las personas, lo que mueve y dirige toda su actuación”.


Acercarse: es una manera de actuar, no ver los toros desde el palco, sino tomar cartas en el asunto.  Hoy que celebramos la campaña de manos unidas, es necesario luchar por la justica, luchar para que no exista esa diferencia social entre nosotros, que no aislemos a nuestros hermanos que sufren una nueva lepra, como es el sida, la pobreza, tantas enfermedades que alejan a nuestros hermanos de la sociedad, a quienes nosotros mismos les hemos puesto una etiqueta de condenación y aislamiento.  Para que nos acerquemos a estos hermanos es necesario actuar como Jesús no quedarnos con los brazos cruzados. 


La otra actitud de Jesús hacia el leproso es que toca, toca seguro, con cariño, con amor, así también tenemos que hacer nosotros, “acercarnos al necesitado, acogerle con cariño y estar dispuestos a tenderle nuestra mano. Las manos sirven a veces para golpear, para rechazar, para desplazar al otro. Jesús emplea su mano para perdonar, para acoger, para ayudar, para apoyar al que se tambalea, para guiar al que no encuentra el camino”. Hemos de aprender a tener los mismos sentidos y sentimientos de Jesús que se fija en el necesitado y sale a su encuentro. Sólo pide fe, la confianza del leproso, que le dice: “Si quieres, puedes curarme”. Y Jesús… le devolvió la salud y la dignidad, al decirle sí quiero. Jesús se preocupa por nosotros y de un modo especial por el enfermo, por el que sufre, por el esclavo que se encuentra esclavizado por las diversas lepras que hay hoy en nuestra sociedad: la lepra de egoísmo, la mentira, la indiferencia, a nivel personal, pero a nivel social hay otras como son la guerra, el racismo, entre otras tantas que existen.   

 

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