DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO
“Acércate al médico, a Cristo Jesús: él te ama y te curará” S.A
Monteagudo 07 de febrero de 2021
S |
i el domingo pasado centrábamos la palabra de Dios en la figura de Jesús como profeta y como aquel que habla con autoridad, hoy podemos contemplar de nuevo la figura de Jesús, pero predicando, una de las características de un profeta, sanando o liberando y orando: predica, sana/libera y ora.
La palabra de Dios nos invita a
todos los creyentes a predicar desde nuestra forma de vida, sabemos que este
ministerio no es exclusivo de los ministros o sacerdotes es COMPROMISO de todos
los bautizados, en la primera lectura Job nos enseña: “El hombre está en la
tierra cumpliendo un servicio…”, y un servicio es la predicación, el
anuncio de la Buena Noticia de la Salvación al género humano.
San Pablo en la segunda lectura nos
dice muy claro: “El hecho de predicar no es para mí motivo de orgullo. No
tengo más remedio y, ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio! Si yo lo hiciera por
mi propio gusto, eso mismo sería mi paga. Pero, si lo hago a pesar mío, es que
me han encargado este oficio”. Ay de nosotros los bautizados si no
anunciamos el evangelio, seremos como perros mudos, que seamos capaces de
decirle a las personas que Dios sigue vivo entre nosotros y que nos quiere
salvar, esa es la gran noticia que debemos anunciar.
SANAR: otra actitud o característica que
debemos destacar en Jesús hoy, que viene a sanar aquellos corazo nes afligidos y
liberar aquellos corazones anclados en el pecado.
Jesús no desaprovecha las
oportunidades, entra a la casa de Pedro y ahí mismo sana a su suegra, este
hecho se da después de salir de la Sinagoga, es algo importante ver esto, que
Jesús sale, no se queda encerrado en cuatro paredes, sino que va para encontrarse
con el que más sufre, va a sanar aquellos hermanos nuestros que están sufriendo
cualquier dolencia, es lo primero que debemos hacer ante el enfermo, ante
aquella persona que sufre, acercarnos, Jesús no le importaba si era sábado o
no, Él sabía cómo acogerlos: con cariño, y además despertar su fe en Dios,
aliviaba sus dolores y sanaba su enfermedades.
ORAR: Jesús además de predicar, de sanar,
siempre busca hacer oración, era lo ultimo que hacía en el día, pero era lo
primero que hacía de madrugada, es que Él sabía que todo este proyecto no era
de sí mismo, sino que era de Dios Padre, por eso Él tenía que estar en comunión
con Dios Padre.
Jesús era consciente que necesita comunicarse con su Padre para poder llevar a cabo la obra de redención, las palabras que salían de su boca y la fuerza que salían de sus manos para sanar se daba por esa intimidad con el Padre, era el mismo Padre que le daba todo a su Hijo para que pudiera predicar y sanar con toda la libertad del mundo sin importar las leyes judías. Todo ello era fruto de la oración.
Toda esta reflexión sobre la figura
de Jesús tiene que ver con nosotros, pues, por el bautismo también estamos
obligados a predicar, sanar y orar, estamos llamados a ser maestros o mejor dicho
discípulos, debemos ir a la gente a anunciar la buena noticia de salvación, una
palabra de esperanza.
Como discípulos tenemos que ir a
sanar o curar, no es a levantar por arte de magia a los enfermos que se
encuentran en cama, pero si con la presencia, con un gesto de cariño de ternura
al enfermo, eso también sana; también hay muchas personas que están heridas por
su pasado y esas heridas no las dejan caminar en libertad, pues ahí es donde
debemos llegar para ayudar a estas personas a liberarse de sus heridas, Jesús
hoy nos enseña cómo debemos de tratar a los enfermos.
Y también nos toca orar, debemos de
comunicarnos siempre con Dios, no solamente cuando lo necesitamos, porque Dios
no es necesario, es un don, y él mismo se da, y nosotros como regalo que es
debemos aceptar a Dios, buscarlo siempre en la oración para que ella nos ayude
a empaparnos y poder actuar como Él; qué hacemos con predicar y sanar desde
nosotros mismos, necesitamos el auxilio siempre de Dios para que su fuerza
sanadora venga de Él.
Que, como siervos suyos, nos dejemos
iluminar siempre por su Espíritu.
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