SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Mi Reino no es de este mundo (Jn 18, 36)
Madrid
21/11/2021
Hoy celebramos la solemnidad de Cristo Rey, con esta gran fiesta cerramos el año litúrgico, un año más en este caminar como cristianos o como bautizados. Es una oportunidad más para sentarnos a reflexionar sobre cómo estamos construyendo el Reino de Dios, si realmente estoy colaborando con Dios en la construcción de este Reino y cómo estoy viviendo como bautizado.
En
esta solemnidad voy a destacar dos puntos tomados del evangelio: el primero, es
que Jesús se manifiesta Rey, pero hace una aclaración, que su Reino no es de
este mundo, es decir, no es un Reino de poder, placer, armas, fuerza, de
corrupción, de conflictos, de indiferencias, es decir, que el reino de Dios es
muy distinto al que nosotros estamos pensando, es un Reino que no va venir como
si fuera un espectáculo, sino que es algo muy simple, muy sencillo, es algo que
no hace mucho ruido, es por eso que lo compara -en otras partes del evangelio-
con la levadura, con el grano de mostaza, que son cosas minúsculas, pero que a
la hora de actuar hacen grandes cosas: la levadura, sin ella el pan no tendría
consistencia y sabor para los demás, en el caso del grano de mostaza, sino
actúa, si no muere a sí mismo, no podría crecer y ser un árbol grande que pueda
dar sombra y cobijo a los pájaros. Por
eso su Reino es de vida, de paz, solidaridad, de justicia, en una palabra, un Reino
de Amor, por eso el mismo Jesús nos dice que el Reino de Dios está en cada uno
de nosotros, que nosotros desde ya comencemos a construir ese Reino de Amor.
Lo segundo después de decir que es
Rey, manifiesta para qué ha nacido y para qué ha venido al mundo: “Yo para esto
he nacido y para esto he venido al mundo; para dar testimonio de la verdad.
Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Jesús ha venido para ser testigo
de la Verdad. ¿Y quién es la Verdad? Jesús mismo, Él mismo dice: Yo soy el
camino la verdad y la vida, además en otro pasaje del evangelio escuchamos: “Si
os mantenéis fieles a mi Palabra… conoceréis la verdad y la verdad os hará
libres”. Por eso Jesús nos invita con su palabra a que seamos testigos de la
verdad, no guardianes. Vivimos en una cultura de mentira que esclaviza, y
nosotros, por nuestra condición de bautizados, tenemos que ser testigos de la
verdad humanizadora. Todo el que es de la verdad, escucha la voz de Dios; Jesús
no solamente dice la verdad, sino que busca la verdad y sólo aquella verdad de
Dios que quiere un mundo más humano y más sincero para todos sus hijos.
Debemos, cada uno de nosotros, ser testigos de la verdad, no guardianes como
los falsos profetas. Mi Reino no es de este mundo
En palabras de Santiago Garcia Mourelo: “para la fe cristiana la Verdad no es algo, sino Alguien en quien permanecer; no es algo que poseer, sino Alguien a quien acoger; no es algo que elegir, sino Alguien que ha hecho una elección por nosotros, y que cada uno puede, o no, aceptar. Reconocer la Verdad es expresión y consecuencia de una relación, más que un ejercicio de reflexión”.
Nuestro compromiso como discípulos de Jesús es andar en la verdad, pero no solamente para provecho nuestro, sino para defender a los pobres. No tolerar las mentiras o el encubrimiento de las injusticias. No disimular las manipulaciones, no ser cómplices de tantas mentiras e injusticias, tenemos que ser “voz de los sin voz, y voz contra los que tienen demasiada voz” (Jon Sobrino). Si queremos oír la voz de Jesús para quedarnos como perros mudos, mejor no seguirle; y si seguimos esa voz que nos llama a dejarlo todo por Él, es para que caminemos en la verdad y denunciemos la mentira.
En definitiva, El reino de Dios
comienza siendo una oferta de salvación y soberanía amorosa sobre nuestra vida
como hijos de Dios. Por eso mismo, cuenta con nuestra libertad, que el Señor
siempre respeta; y es que a nadie se le deberá imponer su pertenencia contra su
voluntad.
Gracias!! Dios te bendiga.
ResponderEliminarUn abrazo 🙏🏽
Amén.
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