“Mi casa es casa de oración”
"Mi casa es casa de oración"; pero vosotros la habéis convertido en una "cueva de bandidos."»
Las lecturas de hoy se centran en el templo. En la primera lectura ese templo está purificado y consagrado a Dios, y por otro lado el evangelio, nos habla de un templo que está profanado.
Hoy
el Señor nos invita a mirar nuestro templo que es el corazón, si realmente está
purificado, brillante, si está consagrado a Dios, o está profanado por tantas
cosas que hemos ido metiendo en el corazón.
Por eso Jesús les dice: “Han convertido la casa de mi Padre en una cueva
de bandidos”. Nosotros por estar en este
mundo nos vamos llenando de cosas que se van guardando en el corazón, y al
final todas estas cosas van profanando lo que es realmente el corazón de Dios.
El
Señor nos invita a expulsar, a vaciarnos para llegar a lo esencial de nuestra
vida, volver al corazón, que ahí está Dios, como ese templo vivo, brillante y
hermoso.
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