II DOMINGO DE CUARESMA

 

“Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo”

Lima 05/03/2023

Hermanos, estamos avanzando paso a paso en este camino cuaresmal.   Sabemos que este camino se nos hace muchas veces cuesta arriba, pero el Señor nos presenta un preámbulo de lo que es realmente esa meta final, y nos invita a pasar por el otro monte, el calvario, para poder llegar al Tabor.

La primera lectura, nos pone como ejemplo a nuestro padre en la fe, Abrahán, para que se ponga en camino hacia esa tierra prometida que Dios le está ofreciendo; y en la segunda lectura, san Pablo, nos dice que, sin la gracia de Dios, no podemos llegar hasta la cumbre de la plenitud.

 

En el evangelio, Jesús se pone en camino con los más íntimos.  Esa experiencia, tanto de Jesús como de sus discípulos, nos lleva a reflexionar sobre dos voces: la primera de Pedro que dice: que bien se está aquí, y la segunda, la voz del Padre: este es mi Hijo amado, escuchadle.

La experiencia de ir al monte, de salir de la zona de confort, de la comodidad, es más, de salir de nuestra tierra, nos hace descubrir cosas nuevas, como Pedro: “Señor que bien se está aquí”, una experiencia única, que nos hace quedarnos en la vida plena, feliz, pero también podemos descubrir que lo que nos dice Pedro puede ser un autoengaño, es quedarse en la actitud de la comodidad, para no ir hasta Jerusalén, que lo que espera, es cruz, sufrimiento y muerte.  Lo que quiere el Señor es que descubramos esa meta, es momento pleno, para que nos animemos a asumir la realidad del camino, que conlleva la cruz, el sufrimiento y la muerte, pero con la esperanza de llegar al Tabor, para estar con Dios en la vida feliz: Es lo que nos espera, una tierra prometida, como lo prometió a Abraham, un lugar de plenitud.  Después de tantos momentos duros y difíciles en nuestro peregrinar, vendrá ese momento pleno, la vida con Dios.


El Señor nos saca de nuestras tierras, nos saca de nuestras seguridades, que lo que hacen es esclavizarnos, es por eso por lo que nos quiere llevar a ese lugar de libertad, de felicidad, de vida con Él, así que, lo que nos toca es ponernos en camino hacia la pascua.

La segunda voz, pero esta sale del corazón de Dios, nos invita a Escuchar a su Hijo, el amado, una voz que le da fuerza a Jesús para embarcarse a Jerusalén con plena confianza en Dios Padre, y además, nos ayuda a los que queremos tomar este camino hacia la pascua, seguir confiando en su Hijo, que nos va  a acompañar y que no nos va a dejar solos, sino que nos ayudará a llegar a la plenitud.

​En realidad lo que el Señor quiere es que nos pongamos en camino, que salgamos de nuestras comodidades y no perdamos la mira en el gran monte Tabor, para que lleguemos a decir como Pedro, que lindo es estar aquí.  A lo largo de este caminar nos vamos a encontrar muchas dificultades, que a lo mejor nos van a desanimar, incluso nos van a llevar a renunciar al camino e irnos por otros que son más cómodos, tranquilos, pero seguro que no son los que nos van a llevar a la plenitud de la vida.


Además, tenemos que darnos cuenta que, a lo largo de este caminar contamos con la gracia de Dios, que no vamos solos.  Hoy san Pablo nos lo recuerda en la segunda lectura: Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo. Así que tenemos la meta, el Tabor; sabemos el camino, la cruz, y tenemos el alimento, la gracia de Dios, así que no tengamos miedo de salir de nuestra tierra y pongámonos en marcha a la Pascua definitiva.

 

 

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO (B)

I DOMINGO DE ADVIENTO (C)

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO (B)