DOMINGO XXIII DEL TIEMPO ORDINARIO(A)

“¿Queréis que se os perdone?  Perdonad”

Lima 17 de septiembre 2023


Si el domingo pasado lo central de la palabra de Dios era la corrección fraterna, hoy día es el perdón. Tanto la primera lectura y el evangelio, nos invitan a perdonar y a tener misericordia con el prójimo. Un tema muy importante para toda la humanidad, para cada familia, para cada comunidad religiosa, para cada uno de nosotros, es  perdonar y aceptar el perdón del prójimo.

En la primera lectura hemos escuchado la invitación para todos: Perdona la ofensa a tu prójimo… y tus pecados te serán perdonados (Ecclo 27, 2).  Es casi la misma idea, que rezamos seguramente, todos los días y hasta tres veces en la oración que Jesús nos ha enseñado: perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Para que mis pecados sean perdonados, el perdón tiene que comenzar por mí mismo, perdonando a todos sin excepción, hasta los enemigos, nos dirá el mismo Señor en su palabra. 


En el evangelio encontramos:  Perdona… No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete (Mt, 22).  Es un poco más exigente, porque no es perdonar una vez, sino que es perdonar siempre, desafío que se nos hace cuesta arriba muchas veces, ya que no es fácil perdonar siempre el mismo error y a la misma persona.  Llega un momento que nos cansamos de lo mismo, pero debemos aprender del Señor que nunca se cansa de perdonarnos, Él siempre está disponible y con los brazos abiertos para perdonarnos. 

Para poder perdonar a los hermanos, debemos de tener una dosis de humildad, dejar a un lado el orgullo y  disponernos a perdonar a aquellas personas que nos han podido hacer daño en la vida.  Tenemos experiencia de esto: guardar resentimientos, y también hemos experimentado que cuando estamos molestos con alguien o le guardamos rencor, no estamos tranquilos, vivimos inquietos, por eso en una pareja sin mutua comprensión se destruye la familia, sin perdón es un caos. 

Una sociedad sin misericordia es inhumana. Por eso es muy necesario el perdón en la familia y en la sociedad, es preciso para convivir de manera sana, porque cuando perdonamos o nos perdonan el sentimiento es muy distinto, hay alegría, hay paz, tranquilidad y podríamos decir felicidad.  El mismo Dios siente alegría cuando nosotros le pedimos perdón, nos dice Jesús que hay más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, por eso hay alegría en Dios cuando nos arrepentimos y le pedimos perdón.  Jesús nos invita a perdonar siempre, porque perdonando siempre estaremos alegres y felices     



Finalmente, podemos destacar que la celebración eucarística está llena de esta acción de pedir perdón a Dios, para sentirnos perdonados y así poder perdonar a los demás. Después que participemos de esta celebración, tendremos que sentirnos perdonados, ya que iniciamos nuestra celebración reconociéndonos que somos pecadores, luego en el credo decimos que creemos en el perdón de los pecados, después en el padre nuestro le pedimos al Señor que nos perdone como nosotros perdonamos a los que nos ofenden, luego antes de darnos la paz le decimos al Señor: no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad, a continuación en la fracción del Pan decimos cordero de Dios que quitas el pecado del mundo… en toda la celebración le estamos pidiendo con insistencia perdón a Dios.  Ojalá que después de la celebración eucarística, salgamos tratando a los demás como se lo hemos pedido a Dios con tanta insistencia.  

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Comentario del evangelio por san Ambrosio

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA (CICLO A)

DOMINGO DE RAMOS (C)