DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO ( B)

El Hijo del Hombre va a ser entregado… y lo matarán (Mc 9,31)

Lima22 de setiembre de 2024



En cada una de las lecturas que acabamos de escuchar, el Señor nos quiere regalar un lindo mensaje: el malvado protesta de que el justo actúe con criterios de Dios y no con criterios de los mortales de este mundo, el segundo mensaje es la forma en que pedimos a Dios: pedís y no recibís, porque pedís mal (Sant 4, 3), el tercer mensaje a parte del anuncio de la pasión, nos damos cuenta de cuáles son los criterios de los discípulos.

El primer mensaje del libro de la sabiduría, es la actitud del malvado frente al justo, un malvado que se fía solo de él y de su propia fuerza y no puede fiarse de Dios, por eso le afecta mucho la actitud de un hombre justo, que le echa en cara sus actitudes, por eso los malvados no soportan la manera de actuar del justo, porque los que actúan con justicia se fían de Dios y actúan con criterios de Dios. Cuantas veces nos hace ruido las actitudes de los demás, sobre todo de aquellos que no actúan bajo nuestros criterios, sino bajo los criterios del evangelio.

En la segunda lectura el apóstol Santiago nos invita a saber pedir, porque solemos pedir a Dios, también bajo nuestros criterios, y no aceptamos su voluntad.  A Dios le pedimos siempre todo aquello que responda a nuestras necesidades humanas, está bien, pero cuando nos toca asumir contrariedades de la vida, comenzamos a reclamarle porque no ha escuchado nuestras súplicas; no dejamos a Dios ser Dios, sino que queremos confiar en un dios a nuestra medida, nuestros criterios y no a los criterios de Dios.


En el evangelio también vemos variedad de actitudes, Jesús va manifestando a sus discípulos que lo van entregar, condenar, a matar, y va contándoles lo que le va a suceder en Jerusalén, y estos hombres van totalmente desconectados de la conversación del maestro, porque en el camino venían discutiendo quién es el más importante en el Reino. La lógica de los discípulos es un deseo de poder y no de servir a la humanidad; podríamos decir que no entendían el discurso de Jesús o lo que realmente Dios quiere con sus discípulos.

Verdaderamente, que se nos despierte o reavivemos esa lógica de servir con generosidad, sinceridad y con alegría. Estar dispuestos a servir a los hermanos, al más pequeño, al indefenso y al más necesitado. ¡Ojalá! que esto suceda en el mundo y en la Iglesia, porque la verdadera grandeza consiste en servir. Para Jesús, el primero no es el que ocupa un cargo de importancia, sino quien vive sirviendo y ayudando a los demás. Los primeros en la Iglesia no son los jerarcas, sino esas personas sencillas que viven ayudando a quienes encuentran en su camino, así tiene que ser nuestra lógica. 

Así somos los humanos, muchas veces asumir grandes retos o asumir realmente la voluntad de Dios en nuestra vida, nos cuesta mucho, ya que queremos vivir siempre desde nuestros criterios y desde nuestras comodidades, es más, nuestra lógica es muy diferente a esa lógica de Dios.

Esa lógica de Dios nos lleva a actuar como el hombre justo de la primera lectura, además, con sabiduría, como nos enseña el apóstol Santiago: “La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante, sincera”y cómo actúa Jesús, el Hijo de Dios, que es capaz de dar su vida hasta el extremo por la salvación humana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO (B)

I DOMINGO DE ADVIENTO (C)

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO (B)