VI DOMINGO DE PASCUA (C)

El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros

Bogotá 25/05/2025


La palabra central de este día es Amoramar es muy fácil decirlo, pero vivirlo no, claves que nos da la misma palabra para vivir el amor y vivir en el amor. 

La clave es que es un don de Dios, es un regalo del mismo Dios, ya que el amor viene del mismo Dios, no viene de nosotros, no viene de nuestros propios méritos, ya que Dios nos regala por medio de su Hijo al Espíritu Santo, que es el que genera el amor.


Para que nosotros nos beneficiemos de este amor necesitamos estar unidos a Él, el mismo Jesús en estos días por medio del evangelista san Juan nos decía: “permanezcan en mi amor” si queremos trasmitir amor, si queremos derrochar amor, si queremos dar frutos de amor, sí o sí tenemos que estar unidos a Dios, porque sin Él no podemos hacer nada. Además, ese Amor ya fue recibido en nuestra vida a través del bautismo y la confirmación, cuando el mismo Pablo nos dice: el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Tenemos que confiar en la promesa divina, recibir el Espíritu Santo, con certeza que está en cada uno de nosotros.


También hay que destacar que, al recibir ese Espíritu Santo lleno de amor, no lo podemos guardar, sino que tenemos que llevarlo a otros, para que ellos también se beneficien de esta gran promesa. Ese amor que Dios nos ha regalado se tiene que notar entre nosotros, no es solo hablar y pronunciar el amor, sino que se note amando a los demás con gestos de misericordia, ya que ser cristiano no es un asunto de religión o doctrinal, sino una cuestión de amor. 

Hay que destacar también la unidad o la comunión que hay entre el Padre, el Hijo y el Espíritu santo, que andan en esa búsqueda también de nuestra comunión, para que seamos uno en el amor. Vivir en unidad con Jesús, el amigo que nunca falla, Él siempre está ahí y por eso nos invita a dar fruto, ese fruto de amor que solamente lo podemos con Él, cuando nos dice que no tengamos miedo, que no tiemble nuestro corazón.


En definitiva, los creyentes de hoy, debemos seguir pidiendo esa presencia del Espíritu Santo, para que podamos hacer grandes cosas en la humanidad, para que podamos hacer una nueva tierra, un nuevo mundo acorde al amor de Dios, ya que, sin ese Espíritu, estamos abocados al fracaso, achicados y encerrados en nuestros “castillos” de seguridad, pero perdiendo nuestra actitud de testigosOjalá que nos dejemos empujar por la fuerza deese Espíritu, para no perder la novedad del mismo Espíritu. 


Aprovechemos esas palabras de aliento de Jesús para seguir siendo testigos en medio de las dificultades, notengamos miedo y recibamos esa fuerza de Jesús cuando nos dice mi paz les dejo y me paz les doy, no como la da el mundo, que podamos vivir cada día en la esperanza de su venida y que su paz llene nuestros corazones y disipe todo miedo y ansiedad.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Comentario del evangelio por san Ambrosio

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA (CICLO A)

DOMINGO DE RAMOS (C)