ASCENSIÓN DEL SEÑOR (Ciclo B)
“El Padre
sentó a Cristo a su derecha en el cielo por encima de todo nombre conocido, no
sólo en este mundo, sino en el futuro” (Ef 1,21).
Monteagudo 16 de mayo 2021
Hoy celebramos la ascensión de Jesús a los cielos, un acontecimiento
que a lo mejor se escapa de nuestras interpretaciones humanas, no cabe
interpretar este gran acontecimiento.
Lo que, si debemos tener claro que el Señor, a la hora de volver al
Padre, nos hace recordar que de Dios venimos y a Dios volvemos, Él se ha
adelantado, es tiempo ahora de asumir su misión.
Hoy que destacar que Jesús a la hora de partir de este mundo nos deja varias promesas:
La primera, que conviene que el vuelva a Padre, para prepararnos una
estancia, para que podamos estar juntos como una gran familia.
«En la casa de mi Padre hay lugar para todos... Ahora yo me voy a prepararos
ese lugar» (Jn 14, 2).
En
estos días de resurrección, hemos escuchado varias veces ese encuentro de Jesús
con la Magdalena “No me retengas (le dice
cuando se postra a los pies) que todavía no he subido al Padre”. “Pero, anda,
ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y
Dios vuestro” (Jn 20,17).
Segundo, nos enviará el Espíritu Santo, que es Él quien se encargará de
iluminarnos y guiarnos en la tarea que nos toca asumir; se va y no nos deja
huérfanos, sino que nos deja esa gran compañía, la del Espíritu Santo.
Tercero, ahora nosotros debemos asumir ser testigos, para que podamos seguir anunciando esa gran noticia de salvación, como lo hicieron los discípulos, ellos fueron testigos privilegiados del Señor, ya que convivieron con Él. Nosotros desde la fe, debemos seguir trasmitiendo esa noticia, por eso cuando nuestra fe está vacilante, acudamos a Dios y a la comunidad cristiana, para que podamos encontrarnos con el resucitado.
Ahora nos toca poner en marcha esta obra, no podemos quedarnos mirando
al cielo, sino que tenemos que salir a pregonar el Evangelio por todas partes, confiando
en la promesa del Señor, que Él estará con nosotros hasta el fin de los
tiempos.
Es el momento de asumir con sinceridad nuestro bautismo, nuestra condición
de discípulos, vivimos en medio de tantas experiencias, de malas noticias, es
la hora de traer al mundo esperanza, alegría. Las «buenas noticias» aportan
luz, despiertan la alegría, dan un sentido nuevo a todo, animan a vivir de
manera más abierta y fraterna. Todo esto y más es Jesús, pero ¿Cómo proclamarlo
hoy como Buena Noticia en medio de tanto dolor y sufrimiento?
Cuarto, que, así como él se ha ido al Padre volverá, en gloria y majestad, para reunirnos a todos como una gran familia, donde no hay división, donde lo que reine es el amor, así que hoy podemos decir, hombres y mujeres del siglo XXI, ¿Qué hacemos ahí mirando al cielo? El mismo Jesús que nos ha dejado para subir al cielo volverá como le hemos visto marchar.
Gracias querido Wilmer, bendiciones.un abrazo.
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