DOMINGO II DEL TIEMPO DE CUARESMA (Ciclo C)
Una voz desde la nube decía: “Éste es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo” (Lc 9,35)
Monteagudo,
13 de marzo de 2022
Seguimos avanzado en este camino cuaresmal y hoy nos centramos en la gloria del Padre, es decir, lo que nos espera después de este largo peregrinar: nos damos cuenta que ese pasado, presente y futuro de nuestra historia de amor con Dios, que se hace presente, antes, durante y después.
En
la primera lectura, vemos esa alianza que Dios ha sellado con los hombres por
medio de Abrahán, nuestro padre en la fe. Una alianza eterna, que es para toda la vida,
ya que Dios le ha dicho a Abrahán que esa alianza nos alcanza a nosotros: “Mira
al cielo; cuenta las estrellas, si puedes.” Y añadió: “Así será tu
descendencia.” Somos parte de esa familia, esta alianza con Dios nos cumbe
a nosotros también, ya que Dios nos ha prometido una tierra: “A tus
descendientes les daré esta tierra…” una tierra que mana leche y miel, una
tierra que será para todos los hombres y es la promesa de Dios, es una
esperanza que después de esta vida llegaremos a disfrutar plenamente esa tierra
prometida que Dios hace con nosotros.
En la segunda lectura el apóstol san Pablo nos dice que: “somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo”. Así que el futuro nos aguarda un cielo nuevo y una tierra nueva, para que gocemos y disfrutemos la vida plena con Dios, la pascua eterna. Nos toca maternos firmes en este caminar: “Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos”. Mantenernos en el camino, que es el mismo Jesús, Jesús es el camino que nos lleva a la pascua definitiva. Queda de nuestra parte si seguimos el camino o lo abandonamos, abandonarlo nos aleja de esa tierra prometida.
En
el evangelio, se nos presenta Jesús mostrándonos la gloria del Padre, es un
previo a lo que nos va a tocar vivir después de esta vida, es por ello que
Pedro dice: que bien se está aquí hagamos tres tiendas. Se está bien porque es la vida plena con Dios,
por eso el Padre nos manifiesta que ese es su Hijo, que le escuchemos. Debemos
asumir con responsabilidad este caminar hacia la gloria del Padre, vivirlo del
realismo. Sabemos que el camino no es
fácil, que tendremos muchas dificultades para poder llegar hasta la meta con el
Padre Dios, a esa tierra prometida, a esa pascua eterna.
Queridos
hermanos esa alianza que Dios ha sellado con nuestro padre Abrahán, con Jesús
nos damos cuenta es la nueva y eterna alianza de Dios con su pueblo, somos peregrinos
que vamos caminando hacia esa casa, tierra prometida de parte de Dios, pero
debemos vivir en consonancia con el Espíritu de Dios.
Es más, todos nosotros estamos invitados a motivar y refrescar nuestra condición de hijos; es necesario escuchar la voz de Padre, es decir, esforzarnos al máximo en que penetre profundamente en nuestro interior para que pueda producir los frutos que de su escucha se esperan. Todos los días tenemos esa oportunidad de escuchar la voz de Dios, ojalá no endurezcamos el corazón como nuestros primeros padres, que no escucharon a Dios, sino que se han desviado del camino. En la escena que nos presenta el evangelio de hoy encontramos a Moisés y Elías, es decir que, debemos leer y escuchar la sagrada escritura para que podamos tener esa comunicación con el Padre, para que nos dé fuerza en el caminar hasta la pascua eterna.
Señor alláname el camino para poder seguir tu voluntad.
ResponderEliminarGracias querido Wilmer ,un abrazo fuerte y bendiciones
Amén.
ResponderEliminarAmen, asi sea que nuestro Dios abre nuestros corazones para saber escuchar su voz..🙏🙏
ResponderEliminarAmén Amén Amén 🙏
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