IV DOMINGO DE PASCUA

 

“El Señor es mi pastor, nada me falta”

Lima 30/04/2023

Queridos hermanos, estamos en el cuarto domingo de pascua.  Este domingo es dedicado a las vocaciones, el llamado de Dios para cada uno de nosotros, y la figura del evangelio es la puerta donde ingresan las ovejas que escuchan la voz del Pastor, Jesús.

En la primera lectura, Pedro anuncia esa noticia de salvación, y qué es lo que deben hacer sus oyentes, convertirse y bautizarse en nombre del Señor Jesús, para el perdón de los pecados y para recibir el Espíritu Santo. Esta promesa es válida también para nosotros hoy, así que a todos nosotros nos toca convertimos y recibir el Espíritu Santo, por medio del bautismo y la confirmación, aunque ya algunos lo hemos recibido, a otros tendremos que anunciarles la noticia para que se conviertan y opten por este estilo de vida.   En la predica de Pedro se convirtieron unos tres mil…

En la segunda lectura, la figura es el mismo Pedro donde nos dice que, nosotros estábamos errantes por los caminos, es decir que andábamos como ovejas sin pastor, pero ahí se presenta Jesús que cargó con nuestros delitos para que sigamos sus huellas, porque Él es nuestro Pastor, que nos ha salvado por medio de su pasión, muerte y resurrección, ahora nos hemos convertido, dice Pedro. Preguntémonos si realmente nos hemos convertido o solo hemos recibido el bautismo por tradición, o solo nos confesamos por obligación.  El Señor quiere que sigamos sus huellas, que escuchemos su voz.


En el evangelio, se nos pone la figura de la puerta, una puerta para que entremos todos, pequeños y grandes, gordos y flacos, todos aquellos que deseamos seguir la voz que nos llama. La puerta de Dios, que es su corazón, siempre está abierta, cada uno de nosotros debemos tocar la puerta y entrar.

Somos sus ovejas, debemos escuchar la voz del único pastor, que es Jesús, debemos ir detrás de Él que nos lleva a lugar seguro, a pasto abundante y rico, por eso hoy la Iglesia celebra la jornada mundial por las vocaciones, que tiene como lema: Vocación: gracia y misión.

En realidad, nuestra vocación es gracia de Dios, es un don de Dios, es un llamado especial de Dios.   Él ha tomado la iniciativa de llamarnos a su viña, para que trabajemos o le ayudemos a construir la humanidad, es nuestra tarea responder a esa voz, a esa llamada.   El Señor te llama para algo, para una misión, la pregunta que tenemos que hacernos cada uno hoy es ¿cuál es mi misión en este mundo?, para poder responderle a nuestro Dios.

Vocación: gracia y misión

Hoy es una oportunidad para que cada uno reflexione su vocación, y que se pregunte sí realmente lo que está realizando en este momento de su vida es vocación, o es solo un responder a las perspectivas de este mundo.

Quiero cerrar con la oración que hace el papa Francisco por este día dedicado a las vocaciones, su mensaje acaba con esta bella oración. “«Jesús, divino Pastor de las almas, que llamaste a los Apóstoles para hacerlos pescadores de hombres, atrae a Ti también las almas ardientes y generosas de los jóvenes, para hacerlos tus seguidores y tus ministros; hazlos partícipes de tu sed de redención universal […], descúbreles los horizontes del mundo entero […]; para que, respondiendo a tu llamada, prolonguen aquí en la tierra tu misión, edifiquen tu Cuerpo místico, la Iglesia, y sean “sal de la tierra y luz del mundo” (Mt 5,13)».

 

 

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