DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

 “Amar es cumplir la ley entera”

Lima 29 de octubre de 2023

           

En estos últimos domingos hemos venido reflexionando esas ganas o ese deseo que Dios tiene para salvarnos, Él nos quiere salvar a toda costa, por eso nos ama y quiere que nosotros lo amemos a Él, pero ese amor a Dios pasa por el amor a los demás, no podemos olvidar eso. Dios en su bondad nos ha venido a salvar de la muerte, del pecado y de la ley, no se trata cumplir la ley por cumplirla, los dos mandamientos que nos plantea el evangelio de Dios se sostiene de la ley y los profetas.

            En la primera lectura Dios nos recuerda, no solo al pueblo Israel, sino a nosotros que también somos el pueblo de su propiedad, que somos extranjeros en este mundo, este mundo no nos pertenece, somos del mundo, más no somos de este mundo, luego quiere decir que nosotros también somos extranjeros. Por eso nos recuerda Dios que nos tratemos como hermanos, que no explotemos unos a los otros, que bien nos ha venido la encíclica del Papa Francisco, todos somos hermanos, hemos sido forasteros, lo seremos en este mundo y por eso no nos podemos imponer sobre los otros, debemos de tratarnos como hijos de Dios que somos, si queremos reconocer a Dios como nuestro Padre, debemos comenzar a ver a los demás como hermanos. 

            En el evangelio el Señor nos destaca el mandamiento principal, y el sostenimiento de la ley y los profetas, nuestra ley se sostiene en el amor, un amor a Dios que comienza por nosotros mismos, primero nos tenemos que amar a nosotros mismos, luego a los demás y después a Dios. El Señor quiere que hoy y siempre hagamos una historia de amor con Él, para eso hemos sido creados para conocer el amor de Dios, como dice el AT: amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, pero para lograr ese amor hay que lograr esa historia de amor con Dios.

    Hoy más que nunca nos falta mirarnos a nosotros mismos, para ver cómo estamos con el amor de Dios. El amor comienza por casa debemos de aceptarnos a nosotros mismos, tal como somos y estamos y eso nos ayuda a amar a los demás como son, si somos capaces de aceptarnos y amarnos como somos, también vamos a aceptar y amar a los demás como son, porque, así como Dios ha tenido misericordia conmigo y me ama, así debemos amar a los demás.  Ojalá que no nos encerremos en nosotros mismos, sino que miremos más allá de nuestro ombligo, porque muchas veces somos nosotros los que ponemos un cerco en nuestra vida y ponemos límites al amor.

            Siempre hemos escuchado, incluso lo cantamos, que Dios es amor, si realmente nos lo creemos debemos entonces tenerlo como nuestra ley principal, es decir, nuestra ley principal es el amor.  El mismo san Pablo nos dice amar es cumplir la ley entera, además nuestra vida como creyentes, como hijos de Dios no es solamente ser buenos, sino que nuestra vida de hijos de Dios tiene sentido cuando soy capaz, de creer, amar y esperar en ese Dios que me ama y me invita a amar a mis hermanos, porque si digo que amo a Dios y no amo a mis hermanos soy un mentiroso.

           

Hermanos que en este día, que el Señor nos invita a avivar el amor a Él y al prójimo seamos capaces de disponernos a amar a los hermanos, que seamos capaces de vernos como hermanos, todos somos hermanos, pero la realidad que muestra el mundo es que vivimos con grandes diferencias que nos separan y se genera  más bien el odio y la división entre nosotros, y esto nos desanima a seguir apostando por el amor y por nuestro estilo de vida cristiana, no nos desanímenos Dios sigue apostando por nosotros, los seguidores de Jesús no nos podemos echar atrás  tenemos que seguir siendo responsables a nuestro bautismo.  El mundo necesita testigos vivos que ayudemos a las nuevas generaciones a creer en el amor, si no hay un futuro esperanzador para la humanidad se termina por perder la fe en el amor.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

DOMINGO XII TIEMPO ORDINARIO (B)

I DOMINGO DE ADVIENTO (C)

DOMINGO XXII DEL TIEMPO ORDINARIO (B)