NUESTRA SEÑORA DEL PILAR
“Dichosos los que escuchan la palabra de Dios, y la cumplen”
Hoy celebramos la fiesta de nuestra Señora del
Pilar. Quiero hacer esta reflexión con
dos elementos que se le pueden atribuir a María en la liturgia de la palabra de
hoy: María Arca de la nueva Alianza y María la mujer dichosa o feliz.
María, arca de la nueva Alianza: En la primera lectura, escuchamos esa arca de la Alianza que Dios ha realizado con su pueblo, un arca que ayuda a tener un encuentro con Dios, permite reunir a todo el pueblo, crea lazos familiares y de hermanos, pues así es María, la nueva Alianza. Ahí hay todo un templo dedicado a María, ella lo que hace es reunir a todos los hijos de Dios dispersos por el mundo.
Además, el arca hace que todo el pueblo celebre su
fiesta, así es también María. Por ejemplo, hoy celebramos la hispanidad, son
todos aquellos pueblos que tienen una misma lengua y celebramos junto a María
esa hermanad, esa fraternidad, y lo hacemos con cantos, fiestas, honrando a
Dios por medio de nuestra madre la Virgen María, bajo la advocación del Pilar.
María ha llevado en su seno como arca al mismo Dios, por medio de Jesús, pero no solo en su seno, sino en su corazón, porque ella ha escuchado la palabra de Dios y la ha puesto en práctica, por eso la nueva alianza, es incorruptible, tabernáculo del Señor. Es ella la nueva arca y por medio de ella se mantiene esa promesa de fidelidad de amor de nuestro Dios; es más, el arca y el tabernáculo eran el lugar en el que la “nube de la gloria” descendía sobre ellos. Nube no era sólo un signo visible de la cercanía de Dios con su pueblo, sino que, además era el medio por el cual les guiaría por el desierto hasta la tierra prometida; pues así es María, ella es signo de la presencia de Dios en este mundo, por su sí al Padre, y ella es la que nos guía por medio de su Hijo a la tierra prometida.
María la mujer, dichosa: digo que María es la mujer dichosa, porque hoy en el evangelio escuchamos una voz que se dirige a Jesús diciéndoles: “Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron.” Pero Jesús a esa voz no niega la felicidad de María por llevarle en el vientre y amamantarle cuando era pequeño, sino que le dice por qué es más dichosa María, porque ella fue una mujer que estuvo atenta a la escucha de la Palabra de Dios y la ha puesto por obra, como escuchamos en otro pasaje del evangelio: “Dichosa tú porque has creído”. En definitiva, María fue la primera que acogió la Palabra, le dio cobijo y vida.
Que nosotros seamos hombres y mujeres de encuentros, que
aprendamos de María, arca de la nueva alianza, a ser personas de encuentros, de
unidad, ante una sociedad que nos invita cada día a ser egoístas, pensando solo
en nosotros; el mismo Papa Francisco hoy en día se ha dedicado a propagar una
cultura del encuentro, nuestros hermanos nos están esperando. Que nosotros salgamos de nuestros intereses y
acudamos a nuestros hermanos que nos esperan. Y que nosotros seamos felices, no
porque llevamos el nombre de cristiano católico, sino porque somos hombres y
mujeres de escucha de la palabra de Dios, y que nos dejamos cuestionar por dicha
palabra para ponerla en práctica, que la palabra de Dios sea luz y guía de
todos nuestros proyectos; si nuestros proyectos no cuentan con la palabra de
Dios, nunca seremos dichosos, pero si cuentan con la palabra de Dios seremos
mucho más dichosos.
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