DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO (Ciclo C)
“Dichosos
los invitados al banquete del Señor, al banquete de bodas”
Monteagudo
16 de enero de 2022
Nos encontramos en el segundo domingo del tiempo ordinario, tiempo que va ir dando a conocer la vida pública de Jesús, y hoy nos lo presenta en un contexto de fiesta, con sus amigos y con su madre, pero no es cualquier fiesta, es una boda, que nos sugiere alianza, amor y comunión.
En la primera lectura nos
encontramos con esa alianza de Dios con su pueblo, donde Dios se muestra como
el esposo, Él quiere conquistar a su pueblo, ya no estará abandonado, sino que
tendrá un marido que pueda cuidar y estar en comunión con Él. Así es realmente nuestro Dios, ese esposo
atento a las necesidades de su pueblo, Dios se regocija con su pueblo, es decir
está lleno de gozo, por eso quiere renovar esa alianza con su pueblo, Él se
mantendrá fiel. Nunca nos va a abandonar: “El Señor te prefiere a ti … no te
llamarán abandonada… tu tierra tendrá esposo”.
En
el evangelio nos volvemos a encontrar ese contexto de boda, donde el Señor se
hace presente para decirnos que, a pesar de las carencias o necesidades que
podemos tener, Él, en complicidad con María, están ahí para animarnos a
confiar, en hacer lo que nos ponga el Señor en nuestro caminar.
Si nos damos cuenta, las cosas no se han solucionado inmediatamente, han tenido su proceso, nos pasa a nosotros que, ante cualquier necesidad ya queremos tener las cosas resueltas inmediatamente. Pero los procesos de Dios son muy distintos a los que nosotros podemos pensar y desear en su momento.
En este pasaje de las bodas de Caná,
podemos ver que hay una necesidad en la fiesta, no hay vino, y María quiere
resolver las cosas, pero Jesús le dice: Mujer no ha llegado la hora todavía,
así que debemos esperar y después hacer su voluntad, no la mía, sino la de
Dios.
Las cosas de Dios tienen su hora, su
momento, las nuestras seguro van más de prisa, y a lo mejor se nos hace difícil
esperar. En esta boda se ha tenido que
esperar, llenar 6 tinajas, luego la aprobación del mayordomo, todo esto lleva
su tiempo, pero al final viene el gozo y la alegría por la calidad y lo bueno
que ha estado el vino, algo que debemos destacar hoy. Muchas veces, cuando queremos que las cosas
salgan lo más rápido, no salen tan de buena calidad, salen mediocremente y
seguro muy poco, en cambio en el actuar de Dios surge en abundancia y de buena
calidad, por eso hay que esperar el actuar de Dios, que se da por medio del
Espíritu a cada uno, como destacamos en la segunda lectura.
Así que queridos hermanos algo nuevo estar por venir, nos toca esperar y hacer lo que Jesús nos dice en su Evangelio, esperar el actuar de Dios en nuestra vida y en nuestras comunidades, dejemos que sea el Espíritu de Dios que nos renueve y haga nuevas las cosas.
El tiempo de Dios es perfecto. Gracias Wilmer,un abrazo fuerte
ResponderEliminarEsperar el actuar de Dios en nuestra vida y en nuestra comunidad . Que EL nos renueva y haga nuevas las cosas . Me ha gustado el comentario . Gracias.
ResponderEliminarBuenas tardes Wilmer!!
ResponderEliminarEs un placer cómo siempre
Recibir tú reflexión , de la palabra de Dios
Un abrazo grande 🙏
Hola Fray muy buena tú reflexión, me ha servido de ayuda para meditar más, gracias, Dios te bendiga
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