DOMINGO DE RAMOS DE LA PASIÓN DEL SEÑOR (Ciclo C)

 

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Monteagudo, 10 de abril de 2022


Hoy celebramos el domingo de ramos, una oportunidad más para ponernos en camino a Jerusalén, hoy lo vamos a simbolizar con la procesión camino hacia al templo, cantando y alabando a Dios por dejarse inmolar por nuestra vida.

Así como nos ponemos en camino hacia al templo, Jesús mismo se puso en camino hacia Jerusalén, con el fin de darlo todo por el Reino, haciendo siempre la voluntad del Padre.

En este día vamos a escuchar toda la pasión del Señor, un momento dramático del Señor, que nos pone a reflexionar, y nos da vértigo al ver a Jesús maltratado de esa forma, y al darnos cuenta que, los que nos animamos a seguirle correríamos con la misma suerte.

En este momento tenemos sentimientos encontrados: por un lado, el gozo y la alegría de alabar a nuestro Dios como nuestro Rey, a pesar que va en un pollino, un Rey, que nada más y nada menos tiene una corona de espinas, un Rey que su trono es la cruz, un Rey que entra de una forma humilde y sutil, no con poderío o con arrogancia, como pueden llegar aquellos reyes poderosos.  Pero es momento de gozo y alegría que nos da este Rey, que no viene a imponerse sino a entregarse para darnos vida y vida en abundancia, y, por otro lado, también es un momento de tristeza, porque este hombre inocente, ha tenido que sufrir todos estos horrores por culpa de un sistema, que quiere mantenerse en el poder y que se creen ellos los dioses.


En este relato de la pasión, nos vamos a encontrar con muchas personas y figuras que nosotros mismos hoy nos podemos identificar con cada uno de ellos, o con uno en específico.

A mí me gustaría destacar la figura del burro y la de Simón de Cirene:

El burro, es un animal sumiso que lleva a Jesús, y a ese Jesús las personas lo van alabando y bendiciendo su nombre como Hijo de David.  Así tiene que ser nuestra vida, una vida en la que debemos llevar a Jesús por los caminos que transitemos, pero a quien tienen que alabar y bendecir es a Jesús, no a mi persona, yo simplemente soy un medio, para que los demás se puedan encontrar con Jesús, con el verdadero Jesús, los honores y gloria son para Él, no para la bestia, en nuestro caso como cristianos, los honores y gloria deben ser para Jesús, no para cada uno de nosotros.

Simón de Cirene, es una persona que te encuentra en los caminos, que está dispuesta a ayudarte en las dificultades y que está dispuesta a caminar contigo. Cuantos hermanos nuestros necesitan hombres y mujeres que les echen una mano para poder soportar las contrariedades de la vida, cuantos Simón de Cirene han ido hasta Ucrania a encontrarse con aquellos hermanos que están sufriendo la cruz de la guerra.


Finalmente, hoy tenemos la oportunidad de vivir esta celebración con más simplicidad, algunas veces nos puede llamar la atención los gritos, los aplausos y los cantos, y reducir nuestra liturgia solo en lo tradicional y no darnos cuenta lo grandioso de este acontecimiento que nos lleva a Jerusalén, para que desde ahí se manifieste la gloria del Padre por medio de la muerte de su Hijo.

Que vivamos esta ceremonia litúrgica, no desde el espectáculo, sino desde la sencillez, con desprendimiento y con realismo: este hombre que se despojó de su grandeza, que se presentó (se presenta) como un esclavo, que soporta escupitajos, latigazos, insultos y desprecios, que quedó sin túnica, hombre desnudo, sin títulos, sin multitudes alrededor, nos deja a nosotros al desnudo, con nuestra verdad al aire.

 

Comentarios

  1. Amen asi sea desde la sencillez celebramos la entrada triunfal de Nuestro Señor Jesucristo.🙏🙏

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